The Correctional Facility Challenge to Public Health Efforts to Control Tuberculosis in the United States

M. Elsa Villarino, Naomi N. Bock

Division of Tuberculosis Elimination Centers for Disease Control and Prevention Atlanta, Georgia, U.S.A.

 

RESUMEN
Recientemente, a la vez que la incidencia de la tuberculosis (TBC) ha decrecido en la población general de EEUU, también ha disminuido entre los presos. Sin embargo su incidencia aún permanece mucho más alta entre los presos que entre otros segmentos de la población: en 1988, el 3,6% de los casos notificados en EEUU ocurrieron en presos, y los brotes de TBC en instituciones penitenciarias siguen siendo frecuentes. Esta alta proporción de casos reportados desde estas instituciones se debe a una combinación de factores, incluyendo un alto numero de casos incidentes en presos y la búsqueda activa de casos en un grupo de alto riesgo que con frecuencia tiene limitado acceso a los servicios de salud. En muchas áreas geográficas, los presos contribuyen significativamente a la morbilidad tuberculosa. En EEUU, mas de medio millón de presos salen en libertad de las instituciones penitenciarias estatales y federales y casi 10 millones desde centros preventivos. La priorización de las estrategias de control de la TBC en los presos disminuirá significativamente la morbilidad en estos lugares y en las comunidades de procedencia o a las que irán cuando obtengan la libertad.. La estrategia se basa en la implementación completa de las guías de control de la TBC en las instituciones penitenciarias. Estas guías abogan por el mantenimiento agresivo de las políticas de cribaje de presos y del personal en relación a la infección y enfermedad tuberculosa., iniciando y completando los regímenes de tratamiento directamente observado, y usando las medidas de prevención de la infección a fin de evitar la transmisi ón de M. tuberculosis. Durante el encarcelamiento, el cuidado de la salud del preso es responsabilidad legal del sistema penitenciario. Sin embargo, el impacto de la TBC entre instituciones penitenciarias y la comunidad hace que la colaboración sea esencial. Los programas de control de la TBC a escala nacional y local deben desarrollar procedimientos bien definidos con buena colaboración entre los programas intra y extrapenitenciarios. En relación al tratamiento y control de la TBC. Esta colaboración es uno de los más importantes pasos en el control exitoso de la TBC relacionada con las instituciones penitenciarias.

 

ABSTRACT
In recent years, as the incidence of tuberculosis (TB) has declined in the overall U.S. population, it has also decreased among correctional inmates. However, TB incidence still remains much higher among inmates than among other segments of the population: in 1998, 3.6% of all cases of TB reported in the United States occurred among residents of correctional facilities, and reports of TB outbreaks in these settings remain frequent. This high proportion of cases reported from correctional facilities is due to a combination of factors, including a high number of incident cases in the incarcerated population and active case finding among a high-risk group that often has limited access to other health care services. For many geographic areas, correctional facility inmates significantly contribute to TB morbidity. In the United States more than a half million inmates are discharged each year from federal and state correctional institutions and almost 10 million from jails. Concentrating TB control strategies on the incarcerated populations will significantly decrease morbidity in these settings and in the communities from which the inmates come or to which they return.One such strategy is the complete implementation of TB control guidelines for correctional facilities.These guidelines advocate maintaining aggressive policies for screening inmates and staff for TB infection and TB disease, initiating and completing directly observed therapy regimens, and using infection control measures to minimize transmission of M. tuberculosis. Upon incarceration, a prisoner.s health care becomes the legal responsibility of the correctional system. However, the impact of TB within jails and prisons on the general community and viceversa makes collaboration essential. TB control programs at the local and national level should develop well-defined procedures for interagency collaboration on TB treatment and control with correctional institutions. This collaboration is one of the most important steps for successful control of correctional facility-related TB.